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viernes, 16 de septiembre de 2011

ENERGÍAS, CONSUMO Y CUIDADO DEL AMBIENTE.


HISTORIA DE LAS COSAS

Análisis del documental de Anne Leonard
Esquema que muestra el flujo de los materiales para la producción de energías.

¿De dónde vienen todas las cosas que compramos y adónde van a parar cuando las tiramos?


Y lo que dicen los libros de texto es que las cosas simplemente se mueven a través de un sistema desde la extracción, a la producción, a la distribución, al consumo y a la disposición. A esta suma de etapas se le llama la ‘economía de los materiales’. Cabe preguntarnos en este punto ¿La economía de los materiales tendrá en cuenta la economía de la naturaleza como nuestro medio de vida?.

En primer lugar, este sistema parece funcionar bien. Sin ningún problema. Pero la verdad es que es un sistema en crisis. Y es que se trata de un sistema lineal donde no es posible reponer lo que se extrae del ambiente y se están agotando los recursos...

Empecemos por la extracción en el proceso de elaboración de las cosas que consumimos diariamente. Extracción como forma elegante de decir “la explotación de los recursos naturales”, que también es una forma elegante de decir “la destrucción del planeta”.

Tan sólo en las últimas tres décadas, se ha consumido un tercio de los recursos naturales del planeta. Ha desaparecido. Estamos talando, minando, agujereando y destruyendo el mundo tan rápido que estamos agotando la capacidad del planeta para que podamos vivir aquí. Por eso el sistema lineal esta en crisis, debemos pensar en círculos, en reciclado, aunque esto tampoco sea suficiente para enfrentar el problema.

En la ‘producción’ de las cosas de consumo,  usamos energía para mezclar químicos tóxicos con los recursos naturales para fabricar productos contaminados con tóxicos. Hoy día se usan en el comercio más de cien mil químicos sintéticos. Sólo unos pocos se han analizado para verificar si impactan en la salud humana y NINGUNO ha sido examinado para identificar los impactos sinérgicos que puedan tener en la salud, es decir, los impactos que generan al interactuar con todos los otros químicos a los que estamos expuestos cotidianamente. Así que no conocemos realmente cuáles son todos los impactos que pueden provocar estos químicos en la salud y el ambiente.

Un ejemplo de esto lo constituyen  los BFRs, o retardantes de llama bromados, son unos químicos que tornan a las cosas más resistentes al fuego, pero son neurotóxicos, es decir, tóxicos para el cerebro. Y sin embargo, los ponemos en nuestras computadoras, en nuestros electrodomésticos, sillones, colchones y hasta en algunas almohadas.

Ahora bien, distribución significa ‘vender toda esta basura contaminada lo más rápido posible’. El objetivo es mantener los precios bajos, hacer que la gente siga comprando y que los inventarios se sigan moviendo.

¿Cómo mantienen bajos los precios?  De lo que se trata es de externalizar los costos. Esto significa que el costo real que implica producir las cosas no se refleja en los precios. En otras palabras, nosotros no estamos pagando realmente por lo que compramos.

¿Cómo lograron que nos sumáramos tan entusiasmados a este programa? Pues, dos de sus estrategias más efectivas son: la obsolescencia programada y la obsolescencia percibida.

Obsolescencia programada es una forma de decir ‘diseñado para ser desechado’. Significa que, de hecho, se fabrican cosas que están diseñadas para volverse inútiles lo más pronto posible, para que nosotros las desechemos y compremos cosas nuevas.
Es obvio si pensamos en cosas como bolsas de plástico o vasos de café, pero ahora también ocurre con cosas grandes:  los DVDs, cámaras y hasta  las computadoras.

Pero las cosas no se rompen lo suficientemente rápido como para mantener esta flecha tan activa. Para eso existe la ‘obsolescencia percibida’.
La obsolescencia percibida sirve para convencernos de desechar objetos que todavía son perfectamente útiles. ¿Cómo lo hacen? Simplemente cambiando la apariencia de las cosas, de modo que si compraste tus cosas hace un par de años y vinculando esto con la moda...

Los medios de comunicación también ayudan ocultando todo esto y todo esto, así que la única parte que vemos de la economía de los materiales son las compras. La extracción, la producción y la disposición ocurren fuera de nuestro campo visual.

Y ¿qué ocurre finalmente con todo lo que compramos? Todo se va a la basura.
Esta es la fase de la economía de los materiales que todos conocemos porque tenemos que sacar la basura de nuestras casas. Cada uno de nosotros genera más de dos kilogramos de basura por día. El doble de lo que producíamos hace treinta años.

Toda esa basura o bien se arroja a un relleno, que no es otra cosa que un gran agujero en el suelo, o si realmente tienes mala suerte, primero se quema en un incinerador y luego se arroja a un relleno. De cualquier forma, ambas contaminan el aire, el suelo, el agua y no olvidemos que contribuyen al cambio climático.

El reciclaje ayuda porque reduce la generación de basura en este extremo pero reciclar no es suficiente.

Primero, porque la basura que sale de nuestras casas es sólo la punta del iceberg. Por cada cubo de basura que sacamos de nuestras casas se generaron setenta cubos de residuos por la producción de las cosas de consumo. Así­ que aunque pudiéramos reciclar el 100% de nuestra basura, esto no resolverí­a el problema de fondo.

Además, gran parte de la basura no puede ser reciclada, ya sea porque contiene demasiadas sustancias tóxicas, o porque fue diseñada desde el principio para NO poder ser reciclada.

Pero lo bueno de tener un problema tan amplio es que hay muchos puntos de intervención. Hay personas que están trabajando aquí para defender los bosques, y aquí­ para lograr una producción limpia.
Personas que luchan para defender los derechos laborales, el comercio justo o el consumo consciente, o que bloquean los rellenos y los incineradores de residuos y, lo que es muy importante.

Todo este trabajo tiene una importancia crítica, pero las cosas sólo empezarán a cambiar cuando podamos ver las conexiones, cuando veamos el cuadro completo. Cuando las personas a lo largo del sistema nos unamos podremos recuperar y transformar este sistema lineal en un sistema nuevo, un sistema que no deseche ni recursos ni personas.

Porque lo que realmente tenemos que desechar es esa forma de pensar de la vieja escuela del derroche.

Existe una nueva forma de pensar las cosas y está basada en la sustentabilidad y la equidad: Química Verde, Basura Cero, Producción de Ciclo Cerrado, Energía Renovable, Economías Locales Vibrantes.

Es importante que podamos darnos cuenta de todo lo anteriormente debatido y expuesto por que así y solo así podemos concientizarnos y concientizar a otros que no todas las cosas que utilizamos son indispensables, y detrás de ella hay muchos recursos verdaderamente derrochados  malgastados, recursos humanos (lo mas grave y triste) y recursos materiales como la energía, y otros recursos naturales.  Valoremos el concepto de respeto por el futuro en la sustentabilidad... valoremos la vida...


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